Torre de la Cabrilla

UBICACIÓN

Más que la torre en sí, lo relevante para la historia de Posadas es el lugar donde se emplaza. Estamos en la antigua finca de Los Puentes, en un altozano que se elevaba sobre uno de los lugares más complejos para el desarrollo del trazado de la antigua calzada romana Córdoba-Sevilla por la margen derecha del Guadalquivir, que luego pasó a ser Camino Califal y más tarde Camino Real, junto a la Cañada Real Soria. Un lugar estratégico y de control necesario porque en pocos metros confluyen las desembocaduras de los arroyos Guadazuheros, la Vega y Guadalbaida sobre el río Guadalquivir, existiendo un vado sobre éste a poco menos de 400 metros de dicho lugar; por lo cual la zona se halla formada por escarpes en los tramos finales de los arroyos mencionados.

Quizás sea ésta la zona más compleja de transitar en todo el camino de Córdoba a Sevilla. De ahí su denominación como pontezuelo, ya mencionado como mojón de término en la Carta de Villazgo de Posadas en 1264 y delimitación de término declarado por el Rey Alfonso X, el Sabio, y en la ratificación posterior que realizaron los tutores del Rey Alfonso XI.

La torre que apreciamos hoy día está datada de principios del siglo XV, aunque desconocemos si en el lugar donde se erige existió una torre anterior, a pesar de mencionarse en el mismo una atalayuela para 1267.

Su construcción se produce durante el reinado de Enrique III, quien promueve la defensa del territorio frente a las razzias musulmanas que sacuden la zona desde su desembarco en Tarifa en 1267. Posiblemente la promoción de la construcción de la Cabrilla se deba al Doctor Luis Sánchez, quien tenía encomendada la labor de la correcta defensa del camino Córdoba-Sevilla, mandando a construir esta torre que pasaría a formar parte del sistema defensivo existente junto con la torre del Guadalmellato, castillo de Almodóvar, torre de La Cabrilla, castillo de Las Posadas, una posible atalayuela en el entorno de los Rubios de Paterna-Cambuco, castillo de Moratalla, castillo de Almenara, torre de Villadiego, torre de Lora, etc.

Doce años después, el 17 de marzo de 1414, debe estar medio acabada o finalizada ya que, por disposición del Concejo de Sevilla, se ordena «al mayordomo Diego González de Villafranca, para que diese 1000 maravedíes de limosna a Juan de Buenavista, ermitaño de la vida pobre, para ayudar a la obra que hace en las Guadacabrillas, camino de Córdoba, excusando muchos robos y muertes de hombres y muchos males que allí se hacían y podrían hacerse (bandolerismo), de cuya obra se seguía mucho servicio de Dios y provecho y bien de la comarca y guarda de ella.

DESCRIPCIÓN

Torre vigía de planta prácticamente cuadrada, con medidas de 6,70 x 7,32 metros, siendo su lado mayor el que corresponde a la puerta, orientado al sur; consta de dos plantas y azotea. Construida con hiladas de mampuesto y a intervalos de losas de piedra estando las mochetas constituidas por sillares a soga y tizón. En las cuatro fachadas posee grabados cruciformes.

Se accede al interior por una puerta de arco carpanel con dovelas de piedra, protegido por un sillar que apoya en jambas de sillares embutidos en el muro sin sobresalir de la fachada, pero con salientes al pasillo para que la puerta apoye en el resalte. Hay unas cajeras a media puerta para el alojamiento de la tranca.

Adosada al muro oriental existía una escalera con techo de bóveda de cañón de ladrillo, excepto el ángulo, en que hay una oquedad para pasar a la planta superior. En el centro de cada fachada de la 2ª planta hay una ventana alargada, saetera o tronera, con jambas y dintel de sillares. La fachada occidental no posee ventana.

De la azotea sale un alero, a modo de moldura donde comienza el antepecho. Está rematado con almenas de casquete piramidal. En la parte superior de la fachada sur hay un matacán apoyado en cuatro ménsulas labradas, por donde se podían arrojar proyectiles para defensa de la puerta. Se levantó, posiblemente, en 1320 durante el reinado de Alfonso XI.

Torres-vigía
Una torre-vigía, torre de vigilancia o atalaya es un tipo de fortificación cuyo uso primario es militar. Se tratan, por lo general, de estructuras aisladas. Su objetivo principal es proporcionar un lugar alto y seguro desde el cual poder realizar la vigilancia y hacer observaciones militares. En algunos casos, otras torres de uso no militar, como las religiosas, han sido utilizadas como atalayas. En este caso estaríamos ante una Torre militar utilizada como torre religiosa, conocido el lugar desde finales del siglo XIII como el Portichuelo donde mataron al fraile.

Nos encontramos en un punto geoestrategico de relevancia para el control de la zona y paso por el camino real, un lugar en alto desde donde se divisaban los vados por los arroyos Guadazuheros, La Vega y Guadalbaida y el vado existente en el Guadalquivir a esta altura, único paso por el río a pié.

La importancia del lugar y la necesidad de control hizo que algunos ermitaños se ofrecieran a vivir en ella, dotando a las mismas de servicio de control del camino, vigía para posibles incursiones militares enemigas y servicios religiosos para los/as peregrinos/as, trascendental en pueblos de frontera o, como el caso de Posadas, pueblos parada en el trazado de los principales caminos y vías de comunicación entre las grandes ciudades.

Eran construidas en lugares desde donde se divisaban otras torres o castillos para facilitar la comunicación entre éstas a través del encendido de hogueras en la cubierta superior de las mismas.

Fuente: DANIEL GARCÍA ARRABAL, Posadas, Historia de una Villa, 2014.

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