El Ayuntamiento de Posadas inauguró el 4 de agosto de 2022 el Centro Artesanal «Antonio Fernández Anguita» y el Centro de Atención al Visitante en LA ESTACIÓN, un lugar con mucha historia desde la llegada del ferrocarril a nuestro pueblo.
Palabras de Luis Sánchez Bernabé:
«Quiero dedicar estas líneas a los dos edificios y a su uso durante tantos años, inician una nueva etapa pero lo más importante es que seguirán siendo útiles a Posadas, a sus gentes y a quién nos visite, y que la gestión municipal ha conseguido evitar que hayan sido víctimas de la piqueta como tantas y tantas que han desaparecido en España.
LA ESTACIÓN, se abrió al público el 5 de Marzo de 1859 con la puesta en marcha del tramo Lora del Río a Córdoba, poco más de diez años de que en la península circulara el primer ferrocarril en Octubre de 1.848 entre Barcelona y Mataró.
Si miramos la configuración del casco urbano, La Compañía del Ferrocarril de Córdoba Sevilla, debió decidirse por este punto, quizás porque era el centro y por la confluencia de las carreteras de Córdoba a Palma y la de Villaviciosa que eran los puntos de acceso a Posadas, pues el puente sobre el Guadalquivir tardó 93 años en permitir el paso de los pueblos de “La Colonia” y facilitar un nuevo acceso a Posadas.
Sin duda los edificios que nos ocupan tienen el sello arquitectónico de la compañía MZA (Madrid Zaragoza Alicante) que se hizo dueña de la línea en 1.875 cuando compró la línea para unirla con la de Madrid – Córdoba.
Hasta que se realizó el paso inferior para peatones y se modificó el ancho para vehículos en el paso bajo las vías de la redonda, la puerta de entrada a Posadas la determinaban ‘Las Cancelas’ (Barreras de pluma y cortinillas rojas y blancas) ya que el viaducto no existía y los pasos a nivel estaban en ambos extremos de la población, prácticamente fuera de ella.
El fielato (Oficina de consumos), y los bares de Cañero, Carlos y La Fonda cercaban la plaza que conformaba el vestíbulo de nuestro casco urbano, recuerdo de niño que quizás era el punto más concurrido de nuestro pueblo durante el día, no había muchos trenes, pero era el punto de encuentro de tratantes y corredores, de gentes que buscaban trabajo en las fincas de la sierra, de quienes iban solo a ver pasar los trenes y los que probaban suerte en encontrar un medio de transporte ajeno al tren para ir a Córdoba.
También era el punto de espera de quienes querían acompañar a la familia del paisano difunto hasta el cementerio, en alguna ocasión por maniobras o paso de trenes las cancelas obligaban a un tiempo de espera que el Jefe de estación si estaba en su mano procuraba que fuese el mínimo.
La vivienda donde se aloja el Centro de Atención al Visitante correspondía al ‘guardabarreras’ o a la ‘guardesa’ (si era mujer) y eran los encargados de bajar y subir las barreras, recibían órdenes del personal de Circulación pero pertenecían a Vía y Obras, yo recuerdo de muy niño de ‘guardesa’ a la madre y abuela de los ‘Murillo’.
El edificio de la estación si nos situamos en la parte exterior de las vías, estaba unido al anterior por un pequeño jardín que era común y que tenía acceso a la vivienda del Jefe de Estación, a continuación el despacho del Jefe y Oficina de Circulación, con cuadro de enclavamientos, manejo de señales y teléfonos (ómnibus, descentralizado y centralizado) se comunicaba con la oficina de taquilla, venta de billetes, facturación y recogida de mercancías, a cargo de un Factor, seguía una estancia a la que se accedía para la compra de billetes y facturación que era atendida en un amplio mostrador tras del cual estaba el cuarto de lamparería (faroles, quinqués, aceite, petróleo y útiles de limpieza) y una báscula en la que las jóvenes cuando iban o venían del paseo por la carretera de Palma o Villaviciosa, le decían al Guardagujas de turno ¿nos pesas? y todos accedían y la última dependencia la Sala de Espera, ocupaba el ancho del edificio, tenía tres ventanas exteriores y la puerta de acceso al andén, en el rincón de la derecha una estufa de obra con una rejilla a media altura en la que en invierno nunca faltaba el fuego a base de carbón de briqueta o de bolas, de lo que se cuidaba el guardagujas de turno, muchos malenos se quitaban el frío y colaboraban en el mantenimiento del aquel rincón, que también aprovechaban los vendedores del canasto de mimbre al brazo con caramelos Frigosa, pipas, avellanas, cigarros sueltos y el porrón de La Rambla con agua de La Fuente.
El uso a partir de ahora será diferente pero seguirá siendo de utilidad para quien nos visite y para desarrollar de manera cercana la artesanía tradicional que se realiza en POSADAS»
Esto es hacer PUEBLO. Un abrazo MALENAS y MALENOS.
Canet de Mar 5 de Agosto de 2022.
ENHORABUENA a todos/as los/ malenos/as en general y a cualquier persona que de alguna forma haya intervenido en la recuperación y transformación de estos edificios, en especial a:
Antonio Menor
Luis Sánchez
Pepe Santiago
Y a todas las empresas locales y Asociaciones que han intervenido en su puesta en marcha.