Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas
Su escudo heráldico se puede ver en el frontón que corona la portada del palacio que se encuentra en la actual Avd. Blas Infante, frente al Ayuntamiento. Diego Fernández de Córdoba fue Virrey de Nueva España del 18 de octubre de 1612 al 14 de marzo de 1621 y Virrey del Perú del 25 de julio de 1622 al 14 de enero de 1629.
Nacido en Sevilla, hijo de Francisco Fernández de Córdoba y Manrique, y de Francisca Melgarejo de las Roelas. En 1629 el Rey Felipe IV le concede la Villa de Posadas, primeramente en calidad de señorío y más tarde como condado. Tuvo tres hijos entre los que destaca Francisco Antonio Fernández de Córdoba y Riederer de Paar, I conde de las Posadas.
En 1598, a la edad de 20 años, recorrió Centroeuropa como Embajador. Posteriormente fue nombrado Virrey de Nueva España por Felipe III, para quien había servido de ayudante de cámara. Durante este cargo mandó construir numerosas infraestructuras y también mejoró el saneamiento y abastecimiento de agua de la Ciudad de México, completando en 1620 el acueducto de Chapultepec, formado por 900 arcos. Estableció un tribunal para regular la compra y venta de mercurio, utilizado en la producción del oro y la plata en las minas de la Nueva España. Debido a sus grandes obras, recibió el apodo de «El Buen Virrey».
En el Virreinato del Perú, Diego Fernández de Córdoba reformó el sistema fiscal y acabó con las luchas entre familias rivales que ensangrentaban el virreinato, también defendió Lima de los ataques piratas.
En 1629 renunció a su cargo y regresó a España, donde murió al año siguiente.