Puente de Eduardo Torroja
Con el puente se buscaba comunicar sierra y campiña, ya que desde Córdoba a Palma del Río el río podía atravesarse solamente con barca.
El puente consta de 235 metros de longitud, una anchura de 11 metros, 7 pilares de cemento y una estructura metálica de 8 ojos o cerdas invertidas como sujeción del tablero que le dan un aspecto singular.
Fue construido por el Ingeniero de Caminos D. Eduardo Torroja, y remodelado recientemente con motivo de un refuerzo de estructura por el nieto del citado proyectista.
En 1951 se inauguró el puente sobre el río Guadalquivir, puente que había sido proyectado y cimentado durante la dictadura de Primo de Rivera y paralizadas sus obras durante la Segunda República. Vino a inaugurarlo el Ministro de Obras Públicas, el Conde de Vallellano.
Inaugurado el puente, aumentaron los contactos con la campiña, pero no alcanzaron su plenitud hasta que no se asfaltó, en 1968, la carretera a Fuente Palmera.
A las anteriores características, hay que añadir la cercanía a Posadas por lo que no es un instrumento aislado en una zona despoblada, como sucede a tantos puentes u obras civiles antiguas de nuestra geografía.
A pesar de su relativa «juventud», el ingenio agudo y humorista del carácter popular, unido a la fantasía a la hora de aplicar una anécdota, ha hecho que ya cuente con su propia leyenda a cuenta de la «inversión» de su silueta:
«La causa originaria de su curiosa línea se debió a determinadas discrepancias, entre el ingeniero y la opinión popular, sobre el lugar de su construcción. Ante estas encontradas opiniones, acaeció el misterioso hecho que vamos a relatar: La noche antes de ser entregado, unos seres maléficos, poderosos e invisibles, lo levantaron de sus estribos y lo volvieron del revés. Con este suceso quedó satisfecho el pueblo, por su venganza y complacido del señor ingeniero al quedar el puente en el lugar por él designado».